La energía que necesitamos
En la emergencia que vivimos, todos tenemos una responsabilidad. Algunas son evidentes y las agradecemos a diario: lo que hacen nuestras autoridades, el personal de salud y las fuerzas del orden para cuidarnos a todos está a la altura de una crisis sin antecedente alguno.
En Cálidda, nuestra principal responsabilidad es que cerca de un millón de familias y miles de empresas y negocios en Lima tengan acceso permanente y seguro al Gas Natural. No es un trabajo visible, mucho menos en estas circunstancias, pero es un deber que nos llena de energía para trabajar desde donde corresponda.
El Gas Natural es modernidad, bienestar, seguridad, ahorro y cuidado del ambiente. Saber que ese es nuestro mayor aporte hace que los equipos que están trabajando remotamente desde sus casas tengan la misma energía de hace varias semanas, cuando nos podíamos ver en la oficina y motivarnos los unos a los otros. Y también hace que todos en Cálidda nos pongamos de pie por nuestros equipos de Operaciones y de Emergencias, que en medio de esta cuarentena hacen un gran esfuerzo para estar en los centros de control y en las calles asegurando la continuidad y seguridad de nuestro servicio.
Lo que estamos viviendo no es fácil. Las medidas para contener esta pandemia implican un gran esfuerzo de todas las personas, gobierno, empresas e instituciones, pero es en este tipo de situaciones precisamente donde más hace falta toda nuestra energía. En estos días, yo he recargado mis “baterías” viendo cómo todos en Cálidda nos movilizamos para ayudar.
Cuento con la fortuna de liderar un equipo comprometido que trabaja siempre con conciencia social y que aceptó el reto de reconectar en tiempo récord el Gas Natural para los más de mil departamentos de la Villa Panamericana, donde hoy funciona el Centro de Atención y Aislamiento para pacientes con Covid-19. Desde el mes de abril, los pacientes tienen acceso permanente al agua caliente para sus tratamientos, y un espacio adecuado para recuperarse.
Cálidda también se sumó a otras iniciativas como la donación de equipos médicos a través de la CONFIEP, la campaña “Yo Me Sumo” del BCP y la alianza con TECHO para entregar víveres a familias vulnerables. En este escenario, nuestros colaboradores tuvieron la iniciativa de organizarse junto con sus familias para donar más de 3,600 canastas de víveres a la Asociación de las Bienaventuranzas, para que pueda hacerlas llegar a las familias que más lo necesitan. ¡Qué lujo es para mí liderar a un equipo tan valioso y comprometido!
Sé muy bien que son tiempos de preocupación, incertidumbre y mucho trabajo. Los chats, las llamadas y las reuniones virtuales no dan pausa. Pero estos días en casa también sirven para reflexionar sobre cómo nos cuidamos los unos a los otros y cómo cuidamos nuestro planeta. Ojalá podamos robar unos minutos a todas las otras tareas y obligaciones para pensar, reconectarnos y salir con más energía que nunca cuando superemos esta crisis. Cuenten con nosotros para lograrlo.