La gestión del riesgo y la preparación constante de las organizaciones
En 1984, Alfredo Barragán comandó exitosamente la Expedición Atlantis, cruzando el Atlántico y alcanzado las costas americanas en una balsa rudimentaria, demostrando que otros navegantes pudieron llegar a América siguiendo las corrientes marinas. Le preguntaron si era un aventurero y respondió que no, que él era un expedicionario, ya que un aventurero sale a la mar a ver qué pasa, mientras que el expedicionario sale a la mar sabiendo lo que va a pasar.
Al igual que Barragán, en nuestras vidas y organizaciones nos enfrentamos a una serie de desafíos, con riesgos e incertidumbres que debemos tener en cuenta antes de enfrentarlos, siendo muy importante la planificación.
En la actualidad, existen varios factores que pueden apartarnos del resultado esperado, sea de manera positiva como negativa. Desde la volatilidad del tipo de cambio, nuevas leyes o regulaciones, incluso el calentamiento global o un ciberataque (riesgo #1 según Allianz 2024), lo importante es trabajar en la identificación de estos riesgos y aprender a manejarlos. Esta tarea le compete a toda la organización, la cual debe hacer un seguimiento continuo de los determinantes para anticipar los riesgos y también las oportunidades.
Muchas veces cuando planificamos, tomamos como referencia la historia, el mercado, entre otros factores; sin embargo, mientras más expertos somos, tendemos a prepararnos menos, lo cual es un grave error que nos puede llevar a subestimar los riesgos que enfrentamos.
En las organizaciones debemos trabajar profundamente en establecer una cultura de prevención, tener una matriz con un mapa de calor indicando la probabilidad e impacto de los riesgos identificados, conocer aquello que podría materializar el riesgo, y realizar acciones para mitigarlos y así bajar su impacto o probabilidad. Esta matriz debe ser constantemente revisada y actualizada, y así ayudarnos con la sostenibilidad de nuestra organización.
Hace unos meses, un amigo me compartió un articulo de Santiago Bilinkis que hablaba del “peligro de los patos negros”, el cual definía como un fenómeno de ocurrencia probable, relativamente cercano, profusamente anunciado y para el cual, pese a ello, nadie se prepara. Que no se aparezca un pato negro en nuestras organizaciones. Estemos preparados.