Reconstrucción facial en 3D de Yaku
Hace 450 años, en las costas de Chorrillos, una comunidad de la Cultura Ychsma vivía en perfecta armonía con el mar y su entorno. El día de hoy tenemos la seguridad que miembros de esta población se dedicaban a trabajar en el mar gracias al descubrimiento de “Yaku, el pescador de Armatambo”, un antiguo peruano encontrado en febrero del 2020, uno de los hallazgos más importantes realizados por nuestros arqueólogos.
Durante nuestros trabajos de excavación para la instalación de redes de Gas Natural en el AA. HH. San Genaro, en el distrito de Chorrillos, nuestros arqueólogos identificaron un contexto funerario: capas de algodón y telas que conformaban un fardo donde se encontraban los restos de un hombre que hemos bautizado como “Yaku”.
La relación de Yaku con el mar fue indudable desde el momento de su hallazgo. En su entierro se encontraron objetos relacionados a la vida marina como una valva de spondylus y cuentas de vidrio (muy valiosas en su contexto temporal), además de una vasija de cerámica con decoraciones características de su cultura.
La línea temporal en la que se desarrolló la vida de Yaku tiene la particularidad que fue en el periodo de los primeros contactos de la civilización local con los colonos europeos. Se trató de los primeros años de consolidación del virreinato peruano y la designación de Lima como ciudad principal de la colonia.
Luciana Caravedo, directora de Sostenibilidad y Reputación de Cálidda, nos comenta más sobre la trascendencia otorgada a este descubrimiento:
“Debido a la importancia de este hallazgo y con el propósito de seguir contribuyendo con la reconstrucción de nuestra historia, Cálidda armó un equipo internacional de arqueólogos, bioarqueólogos y artistas forenses, quienes a partir de la digitalización 3D del cráneo desarrollaron un proyecto de reconstrucción facial con herramientas tecnológicas de última generación. De esta manera podemos conocer, con certeza científica, el aspecto que tuvo Yaku en vida.”
En la tumba, se encontró el esqueleto casi completo de Yaku y con este se pudo realizar el cálculo de su estatura: 1.58 metros. En cuanto a su edad al momento del fallecimiento, estimamos que Yaku tenía entre 20 y 25 años cuando dejó este mundo. La razón de su deceso no se ha podido determinar con precisión, sin embargo, existen algunas evidencias de anemia que su dentadura señala. Conocemos todos estos datos, gracias al informe de nuestra especialista en bioarqueología, la doctora María del Carmen Vega Dulanto.
Además de los detalles intrínsecos a la biología de Yaku, sus restos también nos permitieron determinar el tipo de actividad que realizaba. Las lesiones y anomalías que presentaba en la espalda y hombros en primer lugar, correspondían a una persona con gran musculatura en el tren superior, esto es fácilmente relacionable a la carga de cestas y el jalado de redes de pescar, debido a que los pescadores actuales presentan las mismas características en su fisionomía.
Así como ocurrió en otra reconstrucción facial en 3D, puntualmente en el proyecto arqueológico de “La Quebrada” de Cañete con “Josef, el protegido de Eleguá”, el especialista a cargo se trató de Pablo Aparicio: licenciado en Historia del Arte, máster en Arqueología y especializado en Virtualización del Patrimonio. Con su probada experiencia, sabíamos que la imagen de Yaku sería un reflejo casi idéntico de lo que fue en vida.
El rostro de Yaku, reconstruido gracias a la tecnología forense y el modelado 3D, se exhibe como pieza principal en la sala de exposiciones José Silverio Olaya Balandra, a cargo de la Municipalidad Distrital de Chorrillos. La muestra fue inaugurada por el alcalde del distrito, Augusto Miyashiro, y representantes de Cálidda. El objetivo principal de la exposición, como todo nuestro trabajo patrimonial, es fortalecer la memoria histórica y orgullo de nuestros vecinos.