Jhon Martínez, el ejemplo de un grande
Aquí la inspiradora historia de un hombre que saca adelante a su madre vendiendo gelatinas y el importante rol que jugó el Gas Natural en su vida.
Si son las 4 de la tarde y estás por el policlínico Emmanuel ubicado en Ventanilla, seguro podrás ver a Jhon, un hombre pequeño de gran sonrisa y rodeado de muchos colores, esos que vienen de las gelatinas que vende en la puerta. Lo verás siempre conversar con los guardias de seguridad, pero sobre todo con sus “caseritos”, ahí todos lo conocen y es que es muy amable.
Un día en la vida de Jhon Martínez arranca muy temprano, llueva o truene sale a ganársela por su madre, por él mismo y por sus grandes sueños.
¡Jhon ha sido siempre un gran emprendedor!
Nació en Tarma, con enanismo, condición que jamás lo detuvo, ni siquiera lo desanimó. Siempre fue un niño alegre y con una gran imaginación. A los 12 años no pudo continuar la secundaria por problemas económicos y decidió unirse al Circo de Ronaldiño que pasaba por su ciudad. Allí pasó 20 años de su vida, de payaso, vendiendo dulces, haciendo reír a grandes y pequeños y viajando por varias ciudades y países.
Un día el circo se terminó y Jhon se vio obligado a mudarse, la diabetes de su mamá necesitaba de un mejor tratamiento. Así es como llegan a Mi Perú en el Callao; esa humilde población sería, aunque él no lo sabía aún, un lugar trascendental en su vida y su futuro.
Su vivienda era humilde, sin terma ni cocina. Pero eso no lo desanimaba, al contrario, lo motivaba a encontrar soluciones. Jhon calentaba el agua a leña para poder bañar a su mamá y a la vez preparar sus gelatinas y mazamorras; y así, salir todos los días a venderla.
Un día, Cálidda llegó a su distrito buscando comedores populares para instalar el Gas Natural, los colaboradores de la empresa se dieron con la enorme sorpresa que, a cada vecino que visitaban lo escuchaban hablar de John, del gran John, de su esfuerzo y de sus ganas de salir adelante.
El pequeño gigante de Mi Perú tenía ganado el respeto y el cariño de todos sus vecinos, entonces, fue su casa la elegida para la primera instalación de Gas Natural domiciliaria en el pujante distrito de Mi Perú.
Ese día fue muy importante para él, pues en su hogar recibió al Presidente de la República en persona, para lo cual se preparó con días de anticipación, coordinando todo para ofrecerle un delicioso desayuno.
Desde entonces, Jhon cuenta con Gas Natural conectado a una cocina y una terma. Los días de cocinar a leña arriesgando su integridad y su salud, terminaron. También finalizaron los fríos inviernos en los que su madre, con dolores de huesos, tenía que bañarse con agua fría. Ahora, todo le resulta mucho más económico, fácil y rápido.
Con el ahorro del Gas Natural, puede hacer una mayor cantidad de gelatinas y mazamorras, disfrutar de una ducha caliente y por sobre todas las cosas, tener la certeza de que su madre tendrá una mejor calidad de vida.
Al igual que Jhon, 29,000 familias de Mi Perú se vieron beneficiadas con la llegada del Gas Natural a sus hogares.
Desde que el Gas Natural llegó a su vida, Jhon tiene una sonrisa aún más grande. Falta mucho por recorrer, pero la vida está llena de oportunidades y él, que es un ser humano lleno de valor, está preparado para tomarlas.