Juan –profesor de profesión– vive en Lima y diariamente se moviliza en su auto desde el distrito de Pueblo Libre hasta La Molina, lo que representa una distancia promedio de 13.5 km solamente de ida. Antes, Juan gastaba S/ 300 al mes en combustible, pero ahora solo necesita S/ 82 para costear sus traslados y sin haber modificado su ruta o tipo de vehículo. ¿Qué sucedió? Siguió el consejo de su hermana y cambió la fuente de energía del motor de su vehículo de gasolina a Gas Natural Vehicular (GNV).
Hoy, son alrededor 250 mil los vehículos que usan GNV en Lima y el Callao, cuyos propietarios gozan del mismo beneficio que Juan: generar un importante ahorro que pueden destinar para cubrir otros gastos en sus hogares. Pero ¿cómo se explica este menor gasto? El Gas Natural es hasta un 70% más barato que el diésel y el Gas Licuado de Petróleo (GLP), ya que se trata de un recurso propio del Perú y, por lo tanto, no se importa, no necesita ser sometido a reprocesos antes de su venta ni se ve impactado por el precio internacional del petróleo.
Sin embargo, el número autos convertidos a GNV es aún pequeño si tomamos en cuenta que el parque automotor de la capital está compuesto por cerca de 1.7 millones de vehículos. Es decir, solo el 14% de los vehículos que transitan por Lima y Callao usa GNV. El resto emplea GLP (450 mil vehículos) y diésel (1 millón). Por ende, existe una gran oportunidad para el desarrollo del Gas Natural; y la posibilidad de crecimiento es incluso más grande si consideramos a todo el parque automotor peruano.