Todo se mueve con velocidad y a veces no somos tan conscientes de ello. Observa a un caracol que se desplaza, distráete un momento y experimentaras esto con más claridad. El caracol probablemente esté fuera de tu vista en algunos instantes. Voló. Cambia al lento caracol por el teléfono celular: cada vez más rápido, con más memoria, con más capacidad, con nuevas aplicaciones. Hace pensar en un camino sin fin, como tratar de llegar al horizonte, para pararte sobre él.
Lo que si puede tener fin es la capacidad del planeta de generar recursos que permitan satisfacer las demandas humanas. Para ponerlo en perspectiva, en 1962, mientras creaban el primer teléfono a teclas (antes todos eran de disco) y los Beatles grababan en Londres su éxito “Love Me Do”, vivíamos en un planeta con 3,100 millones de habitantes. Hoy día, según los datos del Banco Mundial, somos más de 7,700 millones de personas que buscan una casa para vivir, comida, ropa, que se transportan y con aspiraciones a mejorar su vida y la de sus descendientes. En menos de 60 años hemos duplicado la población mundial y tenemos proyecciones estimadas de alcanzar los 8,500 millones en 2030, 9,700 millones en 2050 y 11,200 millones en 2100.
Esas “muchas” personas del futuro, entre otras cosas, requerirán energía: La energía del futuro.
Como la afirma el Banco Mundial “La energía es un elemento central del desarrollo. Sin ella, las comunidades viven en la oscuridad, los servicios esenciales como los establecimientos médicos y educativos se ven seriamente afectados, y las empresas operan bajo graves limitaciones. La energía hace posibles las inversiones, la innovación y las nuevas industrias que son los motores de la creación de empleo y del crecimiento para economías enteras”.
A la vez, tenemos información sólida sobre el estado del clima. Según el último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) Cambio Climático 2021: Bases físicas la situación es bastante complicada. Según este informe, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas son responsables de un aumento de la temperatura de 1,1 °C desde 1850-1900 aproximadamente, y se prevé que la temperatura mundial durante los próximos 20 años pueda llegar a alcanzar un calentamiento de 1,5 °C. El informe Especial del IPCC, presentado el 2018, mostró los principales impactos que podrían evitarse con la limitación del calentamiento global a 1.5°C en vez de 2°C, haciendo hincapié en las trayectorias disponibles para su logro. Ya estábamos advertidos, pero aún nos queda pendiente cambiar al futuro.
Hay una relación entre el consumo de energía y el cambio climático, ya que alrededor de 2/3 de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (que generan el cambio climático) son debidas al CO2 emitido en la quema de combustibles fósiles y en procesos industriales.