Transporte sostenible en el Perú
La tendencia mundial es migrar a tecnologías ecoamigables y eficientes como el Gas Natural Licuado (GNV-L) y tener una ruta clara hacia el desarrollo sostenible del transporte de larga distancia. El Perú tiene el privilegio de contar con abundantes reservas de Gas Natural, lo que se traduce en independencia energética, lo único pendiente es el despacho de GNL a las estaciones y una normativa que establezca las reglas de comercialización del GNL.
Lo que comenzó como un sueño lejano está muy cerca de realizarse. Pronto el Perú podría estar al nivel de Estados Unidos, Europa y China, y convertirse en un referente del transporte sostenible para Sudamérica.
Con una estación de servicio de GNV-L instalada al Norte de Lima, en Puente de Piedra, al menos 3 proyectos en curso de estaciones adicionales para conformar un corredor verde de transporte limpio, y más de 6 camiones disponibles diseñados sólo para usar GNV-L, nuestro país ha logrado vencer el dilema de inversión entre estaciones y vehículos asociado a “¿qué es primero, el huevo o la gallina?” que exige todo desarrollo de un nuevo mercado. ¿Qué hace falta entonces? El Perú cuenta con reservas de Gas Natural para más de 30 años, lo que se traduce en el privilegio de una autonomía energética al no depender de la importación de combustibles como el diésel y el GLP. Por consiguiente, para materializar el uso masivo de esta tecnología exitosa a nivel mundial, solo se necesitan dos cosas: el suministro de GNL en las estaciones por parte del proveedor, y una normativa que establezca las reglas de comercialización del GNV-L.
El inicio de las operaciones de transporte de carga y pasajeros de larga distancia con GNV-L escribirá un nuevo capítulo en la historia de la movilidad en el Perú, un país cuyo parque automotor tiene una antigüedad promedio superior a los 15 años, y que emite partículas nocivas que pueden provocar males cardiovasculares, infecciones respiratorias, asma -afección que hoy se presenta en el 25% de los niños- y hasta cáncer, pues las partículas más pequeñas son capaces de atravesar el pulmón y llegar a la sangre.
Los beneficios del Gas Natural en la movilidad son indiscutibles. Su consumo genera regalías al Estado, al ser un producto local tiene un precio estable, genera ahorros hasta en un 60% versus los sustitutos. Con relación a su impacto en el ambiente y en la salud, emite hasta 99% menos gases contaminantes como material particulado, y un 30% menos de Co2, contribuyendo así a disminuir las enfermedades respiratorias; además, los motores generan menor contaminación sonora que el diésel.
Por otro lado, el Gas Natural ofrece mayor seguridad al ser más liviano que el aire y disiparse con facilidad, y brinda a los transportistas mayor confianza al ser un combustible que no se puede manipular ni extraer, lo que permite un mejor control de su inventario. Cabe añadir que el Gas Natural Vehicular (GNV) tiene una normativa exigente que lo posiciona como el combustible más seguro del mercado, todos los vehículos deben realizar una revisión anual y quinquenal obligatoria que, en caso de no cumplirla, inhabilita el vehículo para su consumo en todas las estaciones de carga del país. Lo anterior, producto de una normativa acertada desde el inicio de la comercialización y que sirve de referencia para su aplicación en otros combustibles.
Desde el año 2006, el Gas Natural está posicionado en el país con más de 280 estaciones de servicio y más de 200,000 vehículos funcionan con este combustible. Así mismo, se destaca el Metropolitano de Lima como un caso de éxito desde el año 2011, con más de 500 buses que utilizan GNV permitiendo ahorros de más de S/ 440 millones que permiten brindar un transporte confiable y con mejores tarifas para sus usuarios.
Y aquí no termina el amplio marco de oportunidades. La presentación del Gas Natural Vehicular en forma líquida (GNV-L) permite tener una ventaja adicional en el transporte de larga distancia frente al Gas Natural Comprimido (GNV-C) (almacenamiento en estado gaseoso a altas presiones) al ofrecer una mayor autonomía ya que al almacenarse a -160° C de temperatura, se logra concentrar mayor energía. De esta manera, un camión o bus puede recorrer la misma distancia que un vehículo a diésel con un solo repostaje. Es decir, en las unidades probadas en el Perú con este combustible, estos camiones han mostrado un desempeño técnico igual al de uno con diésel, con el valor agregado de beneficios económicos y ambientales que ofrece el GNV-L.
Para el almacenamiento del GNV-L se utilizan tanques criogénicos que son muy livianos, seguros y que mantienen el combustible a temperatura bajo cero sin necesidad de implementar sistemas complementarios que consuman energía, cuya configuración puede elevar la autonomía de los vehículos desde 1,200 a 1,600 kilómetros.
Debido a su competitividad frente al diésel (su sustituto directo) se calcula que el ahorro que genera el consumo de 10 camiones con motores dedicados a GNV-L, permitiría comprar un nuevo vehículo al año. Una oportunidad de oro para el país al desplazar tecnologías contaminantes, y para el transportador, que puede apalancar su crecimiento vehicular mediante el ahorro de un combustible que aporta a la sociedad peruana y al medio ambiente.
Una tecnología que para los países más avanzados no es una novedad y cuyo mercado es de los más líquidos comercialmente pues China cuenta con más de 400,000 vehículos a GNV-L y más de 4,000 estaciones. Europa promovió un corredor azul que recorre todo el continente con más de 6,000 vehículos y más de 200 estaciones, y en Estados Unidos, que cuenta con más de 52,000 vehículos circulando, sólo UPS – empresa reconocida de mensajería – tiene más de 1,500 camiones que utilizan esta tecnología. Recientemente, en Chile -donde la fabricante de cervezas más grande del mundo que tiene como objetivo hacia el 2025 tener el 100% de la producción con energías renovables- AB InBev Chile tomó la decisión de sumar 30 camiones de GNV-L a su flota de abastecimiento y distribución interurbana en el sur del país. Por último, y no menos importante, empresas insignia de cruceros y barcos como Disney y Carnival han tomado la decisión de migrar a motores impulsados con GNV-L para cumplir con la norma internacional impulsada por la Organización Marítima Internacional, que exige disminuir los combustibles contaminantes en el transporte marítimo. Estos casos preparan el camino para las decisiones que han tomado países como Francia, España, Italia, Alemania y Noruega, que prohibirán el diésel en el transporte a partir del 2025 con el propósito de promover tecnologías limpias.
A nivel local, desde el MINAM, clasifican al Gas Natural como el combustible con el índice de nocividad más bajo según el Decreto Supremo N.º 007-2020-MINAM. Todo está dado para el Perú, las condiciones están para que sea una novedad en nuestro país, con voluntad y confianza podemos salir del tan deshonroso escalafón de pertenecer a una de las 7 ciudades latinoamericanas más contaminadas según Airvisual y la ONG ambientalista Greenpeace.
Cálidda, cuyo propósito principal es llevar progreso y calidad de vida para sus usuarios, le apuesta a la creación de este nuevo mercado de GNV-L en el transporte de larga distancia. Venimos realizando inversiones que superan los Usd$ 800 mil por estación, con tecnología de punta que podrá atender a más de 180 camiones por mes para un mercado potencial en sólo Lima y Callao de más de 60,000 vehículos en esta categoría de camiones pesados.
Un esfuerzo conjunto público y privado para agilizar el inicio de una migración masiva de este combustible, como sucedió de la gasolina al diésel en los 80’s, se considera la única solución viable inmediata en la actualidad para lograr mejores economías y dar pasos verdaderos para mejorar la matriz energética de una de las ciudades más contaminadas del mundo.
Se ha identificado un interés y voluntad natural para migrar al GNV-L de más de 20 empresas de logística que tienen dentro de sus compromisos contribuir con el medio ambiente, por lo que han establecido una ruta con decisiones concretas al exigirle a sus transportadores que utilicen tecnologías limpias como el GNV-L en sus respectivas flotas. Los clientes procurarán emitir certificados ambientales con firmas especializadas para comprobar la disminución de emisiones, sustentar su compromiso con el transporte sostenible en el largo plazo, y con ello elevar el estándar de su imagen corporativa que conecta con lo que buscan los consumidores finales. Así mismo, hay una variedad de marcas de vehículos reconocidas mundialmente que cuentan con una infraestructura y capital humano capacitado para comercializar estos vehículos y ofrecer una postventa que cumpla con las expectativas de los transportadores. Un ejemplo es Blue Line, un operador logístico que ha previsto aprovechar las oportunidades del GNV-L importando desde China tractocamiones de la marca Shacman. También hay otras marcas chinas como FAW, Sinotruck, CAMC y europeas como Scania, Volvo e Iveco que ofrecen esta tecnología. Estas compañías le apuestan a colocar un mínimo de medio centenar de estos vehículos en el mercado peruano en el corto plazo.
Para comenzar a escribir esta historia y que el Perú viva un hito en el sector de transporte, se requieren realizar pruebas de abastecimiento con GNV-L en la estación de Puente de Piedra. Al ser Shell el único comercializador de GNV-L en el Perú, Cálidda se encuentra en conversaciones para adelantar las pruebas respectivas de suministro en la estación en noviembre de este año, que cuentan con los permisos requeridos del MINEM, mientras se publica la normativa de comercialización. Con este inicio de pruebas, se dará ese impulso y confianza que necesita el sector para creer en el futuro de esta tecnología para el transporte de larga distancia.
Este es un tema de alta relevancia para el país, que tiene una política de masificación de Gas Natural donde uno de los objetivos es promover el cambio de la matriz energética en el sector transporte a través del uso del GNV-L, la mejor opción en inversión, autonomía, ahorro y sostenibilidad del medio ambiente. El Perú es uno de los 187 firmantes del Acuerdo de París, un compromiso para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Como país, nos hemos propuesto hacia el 2030 mitigar en 30% estas emisiones. En esa tarea, el GNV-L es un gran aliado, pues se trata de la mejor alternativa en combustibles para enfrentar el cambio climático. En este proceso es fundamental el papel del gobierno para que a través de decisiones como la adopción de una política que exija que los nuevos vehículos cumplan al menos la normativa Euro V de emisiones, definirá la calidad del aire que queremos respirar en el futuro próximo. ¡Tomemos la oportunidad, que este sueño se haga realidad!